Índice de contenidos:
- Qué tienes que saber antes de ir…
- Qué ver y hacer en la ciudad palestina de Belén (Cisjordania)
- Cómo llegar
- Dónde comer
- Dónde dormir
Qué tienes que saber antes de ir…
Belén es una ciudad palestina de Cisjordania que se encuentra enclavada en los montes de Judea. La ciudad se sitúa unos pocos kilómetros al sur de Jerusalén y, aunque solo unas décadas atrás su población se dividía a partes iguales entre musulmanes y cristianos, hoy en día el porcentaje de cristianos se ve reducido al 10% de la población total.
La ciudad tiene un gran significado religioso para los cristianos, para quienes es el lugar donde nació Jesús, pero también para los judíos, para los que es el lugar de nacimiento y de coronación del rey David. A pesar de esto, el carácter de la ciudad es visiblemente musulmán.
Desde diciembre de 1995, la ciudad es administrada por la Autoridad Palestina. No obstante, Belén se encuentra rodeada por un gran muro de hormigón que forma parte del gran muro que separa Israel y Cisjordania, un proyecto aún no finalizado del gobierno israelí que se estima que tendrá una longitud total de 721 km. En su paso por Belén, el gran muro contiene torres de vigilancia militar y puntos de control de acceso/salida de la ciudad, lo que impide el libre tránsito de sus habitantes y limita los intercambios comerciales.
Qué ver y hacer en la ciudad palestina de Belén (Cisjordania)
Salimos temprano del apartamento, dirección a la estación de autobuses que hay delante de la Puerta de Damasco. Una vez allí, nos subimos al autobús número 234, el cual te deja justo delante del checkpoint que hay en el muro que rodea la ciudad de Belén.
Finalizado el trayecto, nos bajamos del bus y empezamos a seguir al resto de los que iban a bordo, todos palestinos, supongo que porque era viernes (día de descanso semanal para los musulmanes) y con las tiendas cerradas son muchos los turistas que optan para dejar la visita a Belén para otro día.
Nos adentramos por los estrechos y sombríos pasillos del checkpoint y nos sorprendió ver que, en aquel momento, allí no había ningún tipo de control de entrada ni salida por parte de los soldados israelíes. De hecho, no había ni un solo soldado. Como si de un checkpoint abandonado se tratase, nos limitamos a seguir el recorrido hasta llegar al otro lado del muro.
Justo a la salida del checkpoint, te encuentras con una muchedumbre de taxistas palestinos insistiéndote para que les compres un tour por la ciudad. Después de largas negociaciones, pagamos solo por el trayecto de bajada a la ciudad, pactando con el conductor un plus para que nos esperara mientras recorríamos a pie una parte del muro.
El muro de separación
El gran muro de hormigón que separa israelíes y palestinos, muestra a su paso por la ciudad de Belén una gran extensión de pinturas, grafitis y escritos que ponen los pelos de punta. Algunos por el realismo de las imágenes, otros por su simbolismo y muchos por los punzantes mensajes que lanzan. En general, a lo largo de la gran barrera se expresan mucha crítica y oposición, pero también muchos mensajes de clamor por la paz.
Entre la multitud de grafitis, también se pueden encontrar algunos de Banksy, conocido mundialmente por sus peculiares obras de crítica política, social y económica.
La verdad es que si el muro por si solo ya es impactante, los mensajes que refleja todavía incrementan más la sensación. No obstante, no fue hasta que nos paramos a hablar con un joven palestino muy abierto a dar a conocer su causa, que fuimos capaces de comprender hasta qué punto estaba afectando a sus vidas la construcción del muro.
Con un poco más de conocimiento sobre la realidad palestina, regresamos al taxi que nos dejaría justo en el centro de la ciudad, en la Manger Square.
Basílica de la Natividad
La basílica de la Natividad de Belén fue construida sobre la gruta conocida como “el Portal de Belén”, punto que la tradición cristiana sitúa como lugar de nacimiento de Jesús.
Se trata de uno de los templos cristianos en uso más antiguos. El edificio es compartido por la Iglesia ortodoxa griega, la Iglesia apostólica armenia y la Iglesia católica, lo que lleva a sus distintos grupos de fieles a tener que turnarse para ir a rezar.
La basílica está situada en uno de los extremos de la plaza Manger, justo enfrente de la mezquita de Omar, muestra de la larga convivencia entre ambas religiones en la ciudad.
Desde fuera, el edificio no recuerda para nada a las iglesias que estamos acostumbrados a ver en Europa. Su sobria estructura, contiene solo una pequeña obertura de acceso que obliga a los visitantes a agacharse para entrar en su interior.
Desde su interior, permanentemente en obras y no mucho más ornamentado, podrás bajar hasta la gruta de la Natividad, lugar donde se encontraba el portal de Belén y donde se dice que nació Jesús. Si te fijas, verás el punto exacto señalizado por la estrella de 14 puntas que hay incrustada. No obstante, deberás tener un poco de paciencia porque el espacio es pequeño y te va a tocar hacer cola.
La capilla de la Gruta de la Leche y la capilla del Campo de los Pastores
En Belén hay otros dos lugares simbólicos para el cristianismo: la capilla de la Gruta de la Leche y la capilla del Campo de los Pastores.
La primera capilla se encuentra solo a cinco minutos a pie de la basílica de la Natividad, por lo que decidimos llegar hasta allí. Su nombre proviene de la historia que cuenta que una gota de leche de la Virgen María cayó en el suelo de la gruta mientras estaba amamantando a Jesús y eso cambió su color a blanco. Más allá de simbolismos, se trata de una pequeña y bonita capilla que contiene una gruta muy bien conservada en su interior.
La segunda capilla se encuentra a unos dos kilómetros de la Gruta de la Leche, razón por la cual decidimos que ya nos había bastado con ver la primera. En este caso, su nombre proviene de la historia que cuenta que en este punto un ángel se apareció a un grupo de pastores para anunciarles la llegada del Mesías.
Manger Square y sus callejuelas adyacentes
Símbolos religiosos aparte, en mi opinión, una de las mejores cosas que puedes hacer para conocer la realidad y el día a día de una ciudad es pasear por su mercado, o bazar en este caso.
La plaza Manger y sus callejuelas adyacentes forman el centro de la ciudad de Belén. En esas calles, en las que al ser viernes solo encontramos unas pocas tiendas abiertas, debe haber los días laborables un animado bazar.
No obstante, al ser el día que los musulmanes destinan a rezar en congregación, también fue un hecho representativo ver el movimiento de gente en dirección a la mezquita de Omar, mientras los altavoces de su minarete sonaban de forma ensordecedora llamando a la oración.
Después de dar un paseo, cogimos el bus de regreso a Jerusalén. Esta vez, el que salía del centro de la ciudad.
Cómo llegar
Lo más probable es que quieras llegar a Belén desde Jerusalén. Teniendo en cuenta que en coche de alquiler no podrás cruzar el checkpoint que da acceso a la ciudad, en mi opinión, la mejor opción es llegar en transporte público, es decir, en autobús.
Los autobuses con destino a Belén parten de la estación que hay justo delante de la Puerta de Damasco de la ciudad vieja de Jerusalén. Una vez allí, tienes que saber que dispones de dos opciones:
👉 Coger el autobús número 21, el cual va directamente hasta el centro de la ciudad palestina y te deja justo al lado de la basílica de la Natividad. Este autobús hace una breve parada en el checkpoint en la que los soldados israelíes suben para comprobar la documentación de los pasajeros. Luego, el bus sigue con su trayecto hasta el centro de Belén. 👉 Coger el autobús número 234, el cual te deja justo delante del muro. En esta ocasión, serás tú el que tendrás que cruzar el checkpoint a pie y, una vez al otro lado, decidir si coges uno de los taxis que te estarán esperando o recorres a pie los 2 km que hay hasta la basílica de la Natividad, en el centro de la ciudad.
En nuestro caso, aunque el trayecto fuese más complicado, elegimos la segunda opción ya que queríamos recorrer un trozo del muro y empaparnos de la realidad que lo rodea.
No obstante, si decides escoger la misma opción y tu intención es llegar al centro de la ciudad en taxi, ten MUCHO cuidado con los taxistas. Intentarán venderte falsos tours por los principales puntos de interés de la ciudad, incansablemente, con la única intención de sacarte todo el dinero que puedan para sus familias. Es triste, la verdad.
Ten en cuenta que la distancia que separa el checkpoint del centro de la ciudad es solo de 2 km, por lo que no deberías pagar más de lo equivalente a 5€ por el trayecto, siendo generoso.
El precio de salida de estos “tours” es de lo equivalente a 80€ por vehículo. En cuanto te ven reír, el precio se reduce a la mitad. A partir de aquí, te empezaran a regatear hasta llegar a los 20€. De aquí para abajo, ya es un suplicio. Pero NO TE DEJES ENGAÑAR. No te van a hacer ningún “tour guiado”, solo te van a bajar al centro de la ciudad, por lo que solo deberías pagar en concepto de un trayecto básico de 2 km de distancia.
Dónde comer
En la plaza Manger y las callejuelas que la rodean, vas a encontrar pequeños locales de comida rápida y puestos callejeros donde comprar algo para picar mientras paseas. En las inmediaciones de la plaza, donde los precios son más caros, los establecimientos ofrecen comida rápida al estilo del Oriente Próximo: pan pita con ensalada y falafel, humus, etc. En las callejuelas adyacentes, vas a encontrarte pequeños puestos de comida callejera para llevar, a mejor precio.
En nuestro caso, encontramos un pequeño local de comida rápida, regentado por una mujer palestina, justo al lado de la plaza. A pesar de su ubicación, los precios que había anunciados en la puerta manifestaban no estar hinchados, así que decidimos comer allí. Creo que encontramos uno de los pocos establecimientos que ofrecía comida al precio real de la zona, ya que dos pitas rellenos de ensalada y falafel con bebida, nos costaron lo equivalente a poco más de 1€.
Dónde dormir
Como el día anterior, esta noche la volvimos a pasar en el apartamento que alquilamos en Jerusalén, cerca del Mahane Yehuda Market, con Airbnb.
